Asepsis,
antisepsis, sepsis...
Palabras extremas, terribles, cargadas de afecto, Eros y
Tánatos en disputa, símbolo de lo irreconciliable.
Palabra-eje-representación, articulación contemplativa
primitivamente desmembrada de los devenires moleculares
que describen lo que pasa entre las pieles, ¡Inmanencia
descubierta! ¡Ejecución Fundada!. Más,
aquello Fundado, ¿con qué funciona para ser
ejecutado? y ¿porqué este sin-sabor del deseo
de fundar lo que solo puede ser vivido y experimentado?...
¿para hacerlo pensable?...
La relación médico-paciente es de hecho una
Afección, un Afecto dinamizado, multiplicidad anárquica
a lo estatuido y codificado. ¿Cómo volver
apropiada esta o aquella transmutación de lo sensible?
Tal vez pensando en que es bello escuchar y ser escuchado,
o que es divertido hablar con el-la médico-paciente
como se habla todo el mundo... da igual lo que para cada
quien funcione o con qué se ensamble para llegar
al acto, con que demonio haya de pactar en esta perpétua
producción de realidad, si eso ayuda a la gente a
sanar. No se refiere al abandono de la ética del
cuidado, sino a ir más allá de ella y llevarla
más allá Trans-éticamente.
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