LO
NATURAL *
Los
misterios de las metáforas hacen posible lo que la
razón no alcanza a aprehender. He aquí analogías
de distintas aguas con la subjetividad de lo humano. El
contacto, el observar y el escuchar metafóricos,
son vías regias para el movimiento del pensamiento.
Este moverse deja inquieta a la razón; y lo quieto
y lo inquieto son, sin duda, comportamientos muy acuáticos.
Agua
1
a)
Los barcos tienen como característica ofrecer un
piso allí donde uno debiera hundirse. Generalmente
se los usa para generar un puente virtual entre
lugares de piso firme. Cuando hay temporal, es menos riesgoso
que el barco permanezca amarrado en zona segura. No es conveniente
soltar amarras ante la inminencia de un eminente temporal,
por lo menos temporalmente. Pero es importante, una vez
que éste va cediendo y calmándose las aguas,
que las amarras vayan reajustándose, con miras a
soltarse, ya que los barcos están hechos para navegar,
siendo ésta es su mejor y esencial condición,
la del desplazamiento.
¡Gran
error es suponer que lo natural de un barco es estar quieto,
amarrado!
(Si
el cascose acostumbra a un mismo nivel de agua,
la obra muerta (parte del casco por sobre el
nivel de flotación) puede secarse y así ocasionar
las filtraciones de aquello que lo haría hundir.
La obra viva se refiere a la parte del casco
que se halla en continuo trabajo con el agua. Es vivo en
tanto lucha continuamente por no hundirse).
Algunos
humanos debemos soltar amarras...
b)
Se pretende de las gentes que sean equilibradas. ¡Pero
hay muchos tipos de equilibrio! Aquel que carga con mucho
peso, intentará no desequilibrarse para no caer aplastado
por su propio peso; aquel que va flotando por los aires
¡evitará que un sostén lo desequilibre!
Si
uno está con los pies en la tierra, bien parado,
quizás en algún momento de desequilibrio se
vea en el desafío de caminar, intentando recuperar
el equilibrio perdido. Aquel que camina, quizás desee
correr. (Quien corre querrá volar y quien vuela querrá
bajar a tierra). Mas, diferente es el equilibrio de estar
en pie sobre una tabla que flote en el agua. Este es un
equilibrio totalmente dinámico, no el de las viejas
balanzas de plato. Si uno permanece quieto sobre esa tabla,
se hunde...
Algunos
humanos pretendemos equilibrarnos en la quietud... ¡Error!
Agua
2
En
relación a las tormentas, hay que estar atento para
percibir toda su gestación: ¡Que no nos agarren
desprevenidos! Tendríamos que poder dar cuenta de
los procesos en el producto, de los tiempos en los espacios,
de los espacios en los tiempos.
Con
el mismo sentido de esperar que las tormentas pasen, en
época de calma habría que esperar que la calma
pase. Después de una, viene otra e ineludiblemente
así, en un sinfín. ¿Acaso no es lo
mejor estar bien parados, flexibles, para afrontar lo que
vaya a acontecer? Uno sabe que luego de una tormenta viene
otra. Lo interesante es que venga y que traiga claridad.
Dice
el dicho popular: No hay mal que por bien no venga.
Pero para esto, ese mal no debiera ser olvidado, o; supuesto
pasajero, o; externo a uno (como la tormenta). Ese mal para
que venga en bien, debe ser apropiado, hecho carne (emocionalmente
hablando) y entonces viene un malpor un bien.
Es un bien, que vale la pena (la pena del mal). Obviamente
que ese bien, es un Bien propio, de Uno (así como
el mal) pero; ¡Bien que Uno vale la pena!
Alejandro
Reisin
(Del libro Creatividad,
Psiquismo y Complejidad, de Alejandro Reisin).