Fragmentos de un ensayo extraído de los
Cuadernos de Bioética

 

 

 

 

Clonación : lectura de una inscripción atemporal.
Por Néstor Eduardo Costa


Jung, sostenía con meridiana y anticipada claridad que nuestra actitud moderna habla con orgullo de las tinieblas de la superstición y de la credulidad medieval o primitiva, olvidando por completo que con nosotros llevamos todo el pasado, escondido en "los sótanos del rascacielos que es nuestra conciencia racional (...) La verdadera historia del espíritu no se conserva en los libros doctos, sino en el organismo vivo, anímico de cada individuo".
[...]La dinámica de los dioses al decir de Jung es energía anímica. Ese es nuestro elemento inmortal; representa el vínculo merced al cual el hombre siente que nunca se extingue en la continuidad de la vida. "Es la vida de la vida de la humanidad. De sus fuentes, que brotan de la produndidades de lo inconsciente, proviene el tronco de la humanidad entera, puesto que el individuo, por lo menos biológicamente, es sólo una rama (un klon) desprendida de la madre y trasplantada". Los mitos no son una simple y burda historia, como ya dijimos, son enseñanzas, son símbolos vivos que nos recuerdan continuamente nuestra condición humana; nuestros deseos de trascender aunque más no sea en otro " igual a nosotros".
Según Heródoto, los griegos habían sido influidos por los egipcios acerca de que la psiqué es inmortal. En el Egipto antiguo, la momia fue designada como una copia, lo que nos sugiere nuevamente la idea de trascendencia e inmortalidad al tiempo que anticipa lo que siglos más tarde se instrumentará a partir de la clonación; pequeña diferencia dado que la momificación se llevaba a cabo con el sujeto ya muerto; la clonación en cambio, a partir de lo viviente, como un sujeto "desprendido" de nuestra propia vida. La "pequeña diferencia" es un poco más de veinticinco siglos y el pasaje de lo aparentemente inanimado a lo animado.
Tomando en cuenta la Psicología Analítica, este otro "igual a nosotros", se podría lograr solamente a través de una relación incestuosa con la madre (mito del incesto), dado que se procrearía a sí mismo a través de ella, esto debe entenderse necesariamente en forma simbólica; pero la prohibición del incesto lo impide. Lo que se busca en última instancia no es la cohabitación con la madre, sino el "re-nacimiento", con lo que se lograría una especie de continuidad, de inmortalidad, un ser que vuelve a nacer niño; un re-nacer, con lo cual damos cuenta de la importancia de lo mitológico al tiempo que se cubre una explicación teleológica.
En el mito, en la epopeya, en la literatura fantástica, en todos los casos el juego de la inmortalidad, el juego de ser dioses, de trascendernos en un "igual"; ¿pero, es lo mismo "igual" que "idéntico"?.
¿No terminará siendo una especie de "fotocopia infiel"?. Si bien podría duplicarse el soma, ¿podría duplicarse el alma ? Es simplemente una de las tantas preguntas y que tal vez nunca tenga respuesta.
En la psicología junguiana, el concepto de persona, se encuentra muy ligado al de máscara; muy apropiada relación dado que la persona es aquel sistema de adaptación o aquel modo con el cual entramos en relación con el mundo. Y la máscara es aquello que "nos oculta", lo que cubre al verdadero personaje. El peligro, como sostiene el mismo Jung, es identificarse con la máscara que todos portamos; dejar de ser proceso, para ser "máscara". ¿Un clonado de nosostros mismos, es una máscara? o tal vez más apropiado sea aludir a una "mascarada" que oculta al otro, al primigenio, al auténtico.
Las máscaras sirven para que las metamorfosis puedan ocultarse, es una especie de acto mágico.
Como sostiene Cirlot, todas las transformaciones tienen algo de profundamente misterioso y de vergonzoso a la vez, puesto que lo equívoco y ambiguo se produce en el momento en que algo se modifica lo bastante para ser ya "otra cosa". Un clonado, ¿es "otra cosa"?; ¿es nuestro "Yo" proyectado? y, en caso que así sea ¿qué es lo que se proyectó: todo, una parte, algunas partes?. Si proseguimos con las asociaciones y con las preguntas: ¿es nuestro "inconsciente" tanto personal como colectivo, es nuestro "espíritu"?; nuestra aparentemente única historia ¿es presente, pasada y futura?. Esa suerte de doble especular esa especie de "otro" que a lo mejor podría multiplicarse de quererlo la ciencia (y los gobiernos), hasta el infinito, que ha sido "desprendido de nuestro ser" podría llegar a ser un "nosotros múltiple" que de sólo pensarlo nos anonada.
Cortázar: "...No hago diferencia entre lo real y lo fantástico...para mí lo fantástico procede siempre de lo cotidiano..."
Lo inconsciente por lo tanto, guarda esta información "clónica" en forma potencial, como todos los otros descubrimientos de la ciencia a través de toda su historia.
Nadie pone en duda que a la razón le debemos los avanzadísimos descubrimientos técnicos y la posibilidad de manejar la materia, pero, tampoco nadie debe dudar que poseemos zonas irracionales, y no hacemos con esto ningún juicio de valor, zonas que pertenecen a las profundidades de lo inconsciente, que no es un tacho que posee sólo desperdicios, allí también se encuentra lo mejor del ser humano, su creatividad. Ha sido la psique (la totalidad consciente- inconsciente) de uno o de muchos que en el transcurrir de los milenios se han amalgamado para lograr los productos actuales en diversos campos del saber. Por lo tanto, si la clonación es una manifestación de la cultura, ésta al decir de Jung, no es ni más ni menos que la expresión de fenómenos psíquicos y el sentido de este desarrollo es la movilidad y la facultad de transformación de la energía que le es propia.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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