Máquina
Expositora Real
Foro
de poesía
Poemas
de amor y vida
*
I
Al lado de ese río en la montaña
Me
resulta doloroso escribir,
con estas manos
que estoy sola
con la luna.
Pero
ya lo he estado,
lo he estado hasta contigo
y he vivido, al lado de este mismo río,
en ese
atardecer de la mañana,
en ese
decirte sin que escuches,
en aquel
arroyo pasajero,
adonde fui a escucharte.
No
te encontré, no estabas.
Te
recorrí por años, incesante. Me llamaste Neruda,
me presentaste a Guillén, viaje al espacio y de vuelta
te apoyaste en lo alto de Los Andes:
ni yo paré de hablar
ni tu carro desvió su camino
ni las cadenas apartaron tus cenizas.
y
sin embargo al final
mano con mano,
pelo con pelo
yo con cigarro,
tú con pestañas y los dos con lágrimas
y
entre los dos, la sombra de una orquídea.
Febrero
2003
Cajón del Maipo(1963)
II
Para
nombrarte
Una lluvia de colores riega este día
cada pedazo desprendido de mi vida
y siembra
un ojo una mano una esperanza una batalla.
Una dulce cadencia de mi historia.
Una amapola.
Espera
afuera. Quiero estar sola.
Marta
Zabaleta (c) Epping, 24 de enero de 2004
III
Mientras
recito tus versos rojinegros (sobrevivientes)
El mar
multiplicándose
salpica mis recuerdos.
Tu
rostro
vuelto alcatraz
se escurre.
El
viento
te prefigura
en las manos que tiemblan.
Tu
cuerpo
en la bruma acaricio
para acariciarme.
Sin
la mirada perruna
de tu perro
ausente.
Y
sin embargo,
un porvenir de estrellas
nutre al cielo.
Marta
Zabaleta © Cornwall,
1 de enero en el atardecer, 2003
IV
Amor
amado son, te canto
Con
la caricia esquiva
la tempestad bravía
recorre tu rostro
vuelto espuma.
En la piedad fecunda de las olas
me arrodillo
y al llenarme de ti
te siento, y lloro.
Marta
Zabaleta © Cornwall, 3
C1 de enero, larga tarde anochecida.2003
V
Cuando
tu cuerpo se insinúa
Tu
cuerpo se insinúa
Tembloroso
Lamido e implorante
Poseída
Bebo tu sabia toda
Desmedida
Pero tu sangre se adormece
Esquiva
Con mis brazos surcando el infinito
Te acuesto en la tibieza de mi estela
Pasan
las horas
las olas
pasan
pasan
y vuelven
mis horas pasan...
Marta
Zabaleta © Epping,
2 de enero 2003
VI
Canto
del corazón herido
Cuando
se insensibilizan
las palabras
a la nuca rasguñan.
Pulverizadas
las fantasías lejanas
duermen en su lecho de orgías
la transparencia de otro día
sin ilusiones
y yo, hablo sola.
Marta
Zabaleta@Epping,
Día de Reyes, 2004
VII
Tu
silencio
Ahora
Tu silencio
suicida y sorprendido
es susurro de canales, de molinos,
sauzales y gaviotas,
y del viento.
Tu
silencio
tu gracia
tu dulzura
tu ternura
todo hermosura.
Tu
sonrisa
ese rumor de pajonales que se expande
insinuante
sobre mi sombra dormida
es palpitante
aurora.
Marta Zabaleta. Leiden, 4 de abril 2004
VIII
Navegante:
escucharé tu voz mientras me muera
14 Jan 2004 17:22:15 -0000
Por que sí, porque lo quiero/
me batiré en ausencia entre tus alas
me romperé en espinas de cordero
desafiaré al vacío navegando
eterna luz simbólica
yo rondará tus muelles
y volaré
hecha sol de frutillares
y estarás a mis pies al derramarte
suelo de madre patria
vuelto cóndor y silencio
risa y nostalgia
vecina siempre de la noche impura
en que puse mi cabeza para siempre
a descansar en un colchón de espumas.
Vacía
de calores, tierra vacía.
junto al viento pampa pura.
máscara de proa.
juntura.
de los linos bullendo contra el cielo.
con girasoles de prisa.
silenciándome.
Austera
impura
sola
me vestirán las hadas y desposaré a la luna
mientras tu carne se pudre en la distancia
naceré con la nieve que circunda
la iracunda arrogancia que lo anuncia.
porque
fui una vez en primavera
aquel cáliz con agua de tu boca
bordaré las plumas de las aves
con amatistas rojas.
dulcificaré
tu trino en mi garganta
batiré el pulso de las olas
y revuelta en lavaza y amapolas
me dormiré en tu boca.
Marta
Zabaleta © Santiago
14 de enero de 1964 y en Londres 2004
*
Honorary Visiting Senior Lecturer, Middlesex University
Laura
Bonaparte *
Con
su cara hundida en la tristeza
viajaba la vida con la madre a cuestas;
las dejé en un tren que iba vacío
hablando solas
imágenes sobrevivientes que poblaban la luz de la
ventana
como trozos de un rostro fracturado que viajara furtivo
para dar anticipo de su vida mas allá de la muerte.
La
madre pensaba cómo hacer para entregarle
a su único hijo sobreviviente
desde tan lejos
el privilegio de asistirla en su muerte.
De repente se oyó un grito y cayeron del cielo
unos pañuelos blancos y en sus manos vacías
crecieron tulipanes rojos, negros y blancos
mientras el tren...partía...
Dra.
Marta R. Zabaletas
Central
Station, Amsterdam, 4 de abril de 2004, 2.48pm
*Madre
de la Plaza de Mayo, Línea Fundadora