Sol
adentro, y los jazmines
Siempre
sirve de algo estar despiertos
sobre el alba desnuda de la almohada
destacando la estrella más guardada
que descansa al final de los desiertos
mágicamente
es que retoma el cielo
ese estilo liberal de hacer el bien
genio
espejado: no preguntar ¿qué? ¿quién?
y en la mano siempre abierta, un caramelo
así
se agrega a los ojos la infancia
van
los pies juntos, aventura y viaje
alados pies sedientos de paisaje
hacen
que todo vibre de abundancia
fetichismo,
luz de comunicación
savia expansiva de una dulce historia
qué
fiel ronda la vida sus memorias
una
sonrisa en el último renglón
pero
al brote también sirve de mucho
descansar en el tiempo del descanso
dejarse llevar por un río manso
cuyas gotas son el eco de no lucho
permanecer
sentados la ladera
de la montaña azul, luz que silencia
desparpajo, que en los ojos es cadencia
y,
entre el latir, el ave y la pradera
respiran sueños de una noche trunca
¿qué
música eterna
será la que destine y que nos una
en el centro de un día, cualquier día
conmovido y cotidiano, o desangrado
el concepto de poesía sempiterna
decretando un tibio sol
sin marcapasos
alentando a un sol florido
con aroma a jazmines, margaritas
cuando el influjo azul de un meridiano
provoca esta mañana en la caverna?
Mabel
Bellante