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Primeras
Jornadas de Esquizoanalisis - 2004 - Coord.
Stella Maris Angel Villegas
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Historia |
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Primeras
Jornadas Virtuales de Esquizoanalisis - 2004
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Stella
Maris Angel Villegas
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Máquina Expositora Real
Ensayistas deleuzianos
Del Arquetipo en El
Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
En este escrito quiero mostrar una aproximación al texto de
Miguel de Cervantes Saavedra, apoyada en algunos elementos teóricos de la
mitocrítica del Grupo francés Eranos, fundado en 1934.
Es importante aclarar el concepto de arquetipo desde la perspectiva de Elemire Zolla quien
afirma : todo lo que percibimos
depende definitivamente del nivel de los arquetipos.., la realidad física
es un ensamblaje de tipos, aunque uno se engaña creyendo que esta hecha
de objetos individuales... En griego "tipo" quiere decir marca,
signo, impresión, imagen, forma. El arquetipo es el motor, nos vuelve
hacia el objeto y nos lo presenta. Si nos dirigimos hacia el arquetipo que
es la fuente de las apariencias, el tipo de objeto; por tanto su verdadero
significado, dejaremos de buscar
la verdad entre las apariencias... Percibimos lo que nos habla, lo que nos
atrae, O las cosas tienen significado o
no las notamos. Las realidades son metáforas ya que todo transmite una significación. Esto
implica que todo depende de un arquetipo. Algo que sea completamente insignificante,
que no llame la atención del arquetipo, no será percibido por ninguno de
los sentidos.
Al aproximarnos a una imagen arquetípica presente en la literatura,
ella se transforma con la belleza que nos habita o con aquel sentido estético
que crea en nuestro interior un sentimiento innombrable y nos
transforma las maneras habituales de sentir, pensar, gustar, oler
las cosas ; este sentido establece
un diálogo con una lógica de la imaginación. Ella permite la superación
de una lectura literal del mundo y de la literatura. Las verdaderas imágenes
arquetípicas en su movimiento son un mundo
y misterio que nos sueña, son hijas de la gran memoria. El poeta irlandés William Buttler Yeats
[1]
, afirma que existen tres doctrinas fundamentales para
comprender la lógica de la imaginación.
Que
los límites de nuestra mente se hayan en un estado de fluidez constante
y que muchas mentes pueden, como si dijéramos, fusionarse para crear o revelar
una mente única, una energía única.
Que
los límites de nuestros recuerdos se hayan en un estado igual de fluidez
y nuestras memorias forman parte de una inmensa memoria, la de la naturaleza
misma
Que
es posible evocar por medio de símbolos esta mente superior o esta memoria
superior.
Leer El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
nos hace pensar en él como un Libro-Reino,
como un espacio-tiempo dentro de la memoria del mundo. Un libro que a pesar
de su multiplicidad, -historias dentro de historias-, constituye una unidad que subsiste a pesar de los múltiples
juegos donde el narrador suelta el hilo de las palabras, para que los otros
personajes hablen y así escabullir subrepticiamente
la ética y la estética del escritor.
El territorio al que se enfrenta un lector, es un terreno literario
donde la imaginación es simultánea con sus propios deseos, no con la lógica
común que esperaría un lector acostumbrado "a una lectura literal”. No, por el contrario,
la obra El Ingenioso
Hidalgo Don Quijote de la Mancha, constituye un texto fragmentado, donde coexisten tiempos,
los de la imaginación con la incursión del mundo fantástico; los de la historia,
cuando Don Quijote escucha sus famosísimas aventuras en los labios de los
aldeanos; los de la literatura (cuando sabe que un escritorzuelo tordesillesco,
está escribiendo sus aventuras en la misma España).
La presencia de lo real traspasado por lo ficcional: la intromisión
de los fantasmas de Don Quijote en la vida de una aldea: la fuerte presencia
de voces y cada voz contando en su género preferido, profundizan el llamado constante al lector de
parte de Cervantes, buscando, el
efecto de dar vida y voz a los otros, a
través del lenguaje, recreando bifurcaciones de realidad en la obra. El
efecto de la presencia de Don Quijote, como alguien que existió, alguien tan real como
el Caballero Amadís de Gaula o como Atila el Rey de los Hunos.
Esta autorreferencia desde
lo escrito a lo oral, hace que el personaje literario sea un ser humano que existe
en la historia. Es decir, los márgenes entre lo ficcional, lo real y la
leyenda se confunden, un personaje ha escuchado la historia de Don Quijote
y al verlo frente a sí, se maravilla.
¿Y entonces se preguntarán ustedes quién es Don Quijote?, es el personaje que sostiene la unidad del texto dentro de la
inmensa diversidad del mismo. La conciencia de Cervantes quería dar vida
a los seres de su imaginación; no
se trata solamente de una vida literaria, se trata de una vida histórica.
Los efectos de esa concepción hacen que el personaje supere su carácter de simple ficción,
para existir humanamente e históricamente; está más vivo que cada uno
de nosotros, vive en la memoria arquetípica, vive dignamente gracias al
lenguaje, en la mente de cada uno
de nosotros.
Lo anterior, se sitúa en una reflexión de Alain Verjat del Grupo Eranos: El camino que proponemos al lector viene trillado de antiguo. Todos los
que han seguido, de cerca o de lejos, a Gaston
Bachelard a Mircea Eliade, a G. Dumézil, y más recientemente a Gilbert
Durand habrán reconocido, en las líneas anteriores unas ideas familiares.
Saben cual es el poder creador de la imagen, cómo ha fundamentado las más
antiguas creencias que la cristianización de Occidente (y añado de oriente) no ha
conseguido erradicar de nuestras memorias, cómo ha engendrado los mitos.
Pero hay que entenderse: el mito no es un cuento engañoso, reliquia de tiempos
oscuros que la escuela reduce, lo
más a menudo a un adorno sin valor; tampoco es, pese a la gran inteligencia
de Levi Strauss, el testigo de una mentalidad arcaica. El mito es, ante
todo, más allá del logos y de sus mecanismos, la base de cualquier actividad
creadora, tanto si se trata de la
creación artística más sublime, como de nuestros gestos más cotidianos
[2]
.
Lo mítico traduce lo que Karl Gustav Jung, llamaría
arquetipos profundos, que se actualizan
bajo formas diversas, a veces fútiles, a veces esenciales, en campos tan
aparentemente alejados, como los
que estudian la sociología, la etnología, la filosofía, la crítica literaria,
el psicoanálisis, la música y las
artes plásticas. Para nosotros, pues, remontar al mito, es un poco remontar a la fuente de todo. La imaginación da virtualidad a alguien, la palabra
crea la presencia, que como un Golem obtiene la vida al escribirle
emet en su
frente.
El fundamento de este
escrito es la vuelta sobre la imagen arquetípica que deviene del arquetipo
(para Jung este es casi indefinible) sobre su escritura, que ante la hegemonía
del personaje, funda en la memoria una hierofanía: una manifestación de
lo humano o de lo sagrado en la memoria.
Los poetas, los novelistas saben que al evocar una imagen arquetípica se convierten
en viajeros de sí mismos, dentro
de la gran memoria arquetípica universal, como en el rito deben adecuar una parafernalia, unas máscaras, unos cantos, que se funden en una atmósfera
propicia para el otro. El
otro es la palabra que designa la fuga de sí mismo, pero
también la paradoja humana del encuentro consigo mismo: la imagen arquetípica
toma cuerpo, se hace persona, en latín, esta palabra significa máscara.
¿La máscara de Cervantes será Don
Quijote de la Mancha?
¿Evasión, desmembramiento, muerte del creador, para dar vida a un fantasma que surge de las sombras, que vive
tras un nombre? Este milagro, esta
vuelta de tuerca, al decir de Henry James, esta apertura de la conciencia
del escritor Cervantes, ejecuta
una desviación de la automatizada percepción
de los hombres y no es más que la condena
de quien elige el arte de la transfiguración del mundo que
exige la literatura, cambio y ruptura que necesitan de una nueva presencia
para comunicar nuevos conceptos del mundo.
Este uso figurado de la palabra condena, se resume en la necesidad
que Cervantes evidencia en la necesidad de la elección de dos destinos,
primero las armas y después las letras, uno lee su vida e infiere como él
concibe la escritura, como la única forma válida de existencia. (Aquí existe
una lectura heideggeriana lo admito). Como fundación del mundo.
El momento de la creación cervantina se revela en la lectura
del texto, es impresionante como en la misma novela, Cervantes enseña a escribir - en un sentido literario- . En cada
intromisión en la historia se asiste
al cambio del orden del mundo enfrentado por la revolucionaria postura del
personaje al sobreponer el ideal
de Don Quijote, a partir de profundas imágenes
arquetípicas; en este momento es necesario ejemplificar: por muestra,
en la mayoría de pasajes se produce un motivo
esencial y es el del enfrentamiento con personajes y situaciones
(que simbolizan en el texto, ideas, sujetos o instituciones de su
época y la condición humana). Cada situación implica una transformación del
personaje, es decir, asume el Quijote, una
máscara correlato de una imagen arquetípica que funciona para mitificar al ingenioso hidalgo y su acción
guiadas por la axiología caballeresca específica o para mofarse -sí literalmente-burlarse-
de la misma imagen arquetípica. En el capítulo segundo
que corresponde a la primera salida de Don Quijote y el
tercero de la primera parte
[3]
, donde se cuenta la
graciosa manera que tuvo Don Quijote de armarse caballero, se percibe la
desmitificación misma de esta imagen, por
parte de los personajes de la venta, y al tiempo el enfrentamiento de la
misma imagen arquetípica del caballero - guerrero que sustenta la acalorada
mente de Don Quijote, el ideal de la caballería que el defiende a capa
y espada; permítaseme citar:
Hechas, pues estas prevenciones, no quiso
aguardar más tiempo a poner en efeto su pensamiento, apretándole a ello
la falta que él pensaba que hacía
en el mundo su tardanza, según eran los agravios que pensaba deshacer, tuertos
que enderezar, sin razones que emendar, y abusos que mejorar , y deudas
que satisfacer . Y así sin dar parte a persona alguna de su intención, y sin que nadie lo viese, una
mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del mes de julio, se
armó de todas sus armas , subió sobre rocinante , puesta su mal compuesta
celada, , embrazó su adarga, tomó su lanza, y por la puerta falsa de un corral salió al campo, con grandísimo
contento y alborozo de ver con cuánta facilidad había dado principio a su buen deseo.
Mas apenas se vio en el campo , cuando le
asaltó un pensamiento terrible ; y tal que por poco le hiciera dejar
la comenzada empresa ; y fue que le vino a la memoria que no era armado
caballero, y que, conforme a la ley
de caballería , ni podía, ni debía tomar armas con ningún caballero ;y
puesto que lo fuera, había de llevar armas blancas
[4]
, como novel caballero , sin empresa en el escudo, hasta
que su esfuerzo la ganase . Estos pensamientos le hicieron titubear en su
propósito ; más , pudiendo más su locura que otra razón alguna, propuso
de hacerse armar caballero del primero que topase,
a imitación de otros muchos que así lo hicieron, según el había leído
en los libros que tal le tenían ... Avanzo en la historia... casi todo aquel día caminó sin
acontecerle cosa que de contar fuese, de lo cual se desesperaba , porque
quisiera topar luego luego con quien
hacer experiencia del valor de su fuerte brazo. .....y que mirando a todas
partes por ver si descubriera algún
castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y a donde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad,
vio, no lejos del camino por donde iba. Una venta que fue como si viera
una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención
le encaminaba Diose priesa a caminar, y llegó a ella a tiempo que anochecía.
Estaban acaso a la puerta dos mujeres mozas, destas que llaman del partido,
las cuales iban a Sevilla con unos arrieros que en la venta aquella noche
acertaron a hace jornada, y como a nuestro aventurero todo cuanto pensaba,
veía o imaginaba le parecía ser hacho y asar al modo de lo que había leído,
luego que vio la venta se le represento que era un castillo con sus cuatro
torres y chapiteles de luciente plata, sin faltarle su puente levadiza y
honda cava, con todos aquellos adherentes que semejantes castillos se pintan.
Fuese llegando a la venta que a él le parecía castillo, y apoco trecho della
detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre
las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al
castillo. Pero como vio que se tardaban y que Rocinante se daba priesa por
llegar a la caballeriza, se llego a la puerta de la venta, y vio a las dos
distraídas mozas que allí estaban, que a el le parecieron dos hermosas doncellas
o dos graciosas damas que delante de la puerta del castillo se estaban solazando.
En esto sucedió acaso que un porquero que andaba recogiendo de unos rastrojos
una manada de puercos - que sin perdón, así se llaman - tocó un cuerno,
a cuya señal ellos se recogen, y al instante se le representó a Don Quijote
lo que deseaba. Que era que algún enano hacia señal de su venida, y así,
con estraño contento llegó a la venta y a las damas, las cuales, como vieron
venir un hombre de aquella suerte armado, y con lanza adarga, llenas de
miedo se iban a entrar en la venta ; pero Don Quijote, coligiendo por
su huida su miedo, alzándose su visera de papelón y descubriendo su seco
y polvoroso rostro, con gentil talante y voz reposada les dijo :
- no fuyan las vuestras mercedes ni teman
desaguisado alguno ; ca a la orden de caballería que profeso non toca
ni atañe facerle a ninguno, cuanto mas a
tan altas doncellas como vuestras presencias demuestran.
Mirabanle las mozas, y andaban con los
ojos buscándole el rostro, que la mala visera le encubría ; mas como
se vieron llamar doncellas, cosa tan fuera de su profesión, no pudieron
tener la risa, y fue de manera que Don Quijote vino a correrse y a decirles :
- bien parece las mesura en las fermosas, y es mucha sandez además la risa
que de leve causa procede ; pero non vos lo digo porque os acuitedes
ni mostredes mal talante ; que el mío non es de al que de serviros.
El lenguaje, no entendido de las señoras,
y el mal talle de nuestro caballero acrecentaba en ellas la risa y en él
el enojo, y pasara muy adelante si a aquel punto no saliera el ventero,
hombre que, por ser muy gordo, era muy pacifico, el cual, viendo aquella
figura contrahecha, armada de armas tan desiguales como eran la brida, lanza,
adarga y cosele, no estuvo en nada en acompañar a las doncellas en las muestras
de su contento. Mas , en efecto, teniendo la maquina de tantos pertrechos,
determino de hablarle comedidamente, si así le dijo :
si vuestra merced, señor caballero, busca
posada, amen del lecho (por que en esa venta no hay ninguno), todo lo demás
se hallara en ella en mucha abundancia viendo la humildad del alcaide de
la fortaleza, que tal le pareció a él el ventero y la venta, respondió
para mi Señor Castellano, cualquiera cosa basta, porque
mis arrieros son las armas ,
mi
descanso el pelear, etc.
pensó el huésped que el haberle llamado
Castellano había sido por haberle parecido de los sanos de Castilla, aunque
el era andaluz, y de los de la playa de Sanlucar, no menos ladrón que Caco,
ni menos maleante que estudiantado paje, y así le respondió :
- según eso, las camas de vuestra merced
serán duras peñas, y su dormir, siempre velar ; y sinedo así, bien
se puede apear, con seguridad de hallar en esta choza ocasión y ocasiones
para no dormir en todo un año, cuanto mas en una noche.
Y diciendo esto, fue atener el estribo
a don Quijote, el cual se apeo con mucha dificultad y trabajo, como aquel
que en todo aquel día no se había desayunado.
Dijo luego al huésped que le tuviese mucho
cuidado de su caballo, porque era la mejor pieza que comía pan en el mundo.
miróle el ventero, y no le pareció tan bueno como don Quijote decían aun
la mitad ; y acomodándole en la caballeriza, volvió a ver lo que su
huésped mandaba, al cual estaban desramando las doncellas, que ya se habían
reconciliado con el ; las cuales, aunque le habitan quitado el peto
y el espaldar, jamás supieron, ni pudieron desencajarle la gola ni quitalle
la contrahecha celada, que traía atada con unas cintas verdes, y era menester
cortarlas, por no poderse quitarlos nudos ; mas el no lo quiso consentir
de ninguna manera, y así, se quedo toda aquella noche con la celada puesta,
que era la mas graciosa y estraña figura que se pudiera pensar ; y
al desalmarle, como él se imaginaba que aquellas traídas y llevadas que
le desarmaban eran algunas principales señoras y damas de aquel castillo,
les dijo con mucho donaire :
-nunca
fuera caballero
de
damas tan bien servido
como
fuera don Quijote
cuando
de su aldea vino :
doncellas
curaban del,
princesas
de su rocino
Rocinante que este es el nombre, señoras,
mías, de mi caballo, y don Quijote de la Mancha el mí que, puesto que no
quisiera descubrirme fasta que las fazañas fechas en vuestro servicio y
pro me descubrieran, la fuerza de
acomodar al propósito presente este romance viejo de Lanzarote ha sido causa
que sepáis mi nombre antes de toda sazón ; pero tiempo vendré en que las
vuestras señorías que me manden y yo obedezca y el valor de mis brazo descubra
el deseo que tengo de serviros.
Las mozas que no estaban hechas a oir
semejantes retóricas no respondían palabra ; sólo le preguntaron si
quería comer alguna cosa.- cualquiera yantaría yo - respondió Don Quijote,
porque, a lo que entiendo ,. Me haría mucho al caso.,.. Avanzo en hacía
el capítulo III ... Y así fatigado de pensamiento, abrevió su venteril y
limitada cena, la cual acabada llamó al ventero y, y encerrándose con el
en la caballeriza, se hinco de rodillas ante él, diciéndole, no me levantaré
jamás de donde estoy valeroso caballero, fasta que la vuestra cortesía me
otorgue un don que pedirle quiero, el cual redundará en alabanza vuestra
y en pro del género humano, el ventero, que vio a su huésped a sus pies
y oyó semejantes razones, estaba confuso mirándole, sin saber que hacerse
ni decirle, y porfiaba con él que se levantase, y jamás quiso hasta que
le hubo de decir que el le otorgaba el don que le pedía - no esperaba yo
menos de la gran magnificencia vuestra, señor mío - respondió Don Quijote ;
y así, os digo que el don que os he pedido y de vuestra liberalidad me ha
sido otorgado ; es que mañana en aquel día me habéis de armar caballero
y esta noche en la capilla deste vuestro castillo velaré las armas y mañana,
como tengo dicho se cumplirá lo que tanto deseo, para poder, como se debe,
ir por todas las cuatro partes del mundo buscando las aventuras en
pro de los menesterosos como está a cargo de la caballería y de los caballeros
andantes, como yo soy, cuyo deseo a semejantes fazañas es inclinado.
El ventero que, como está dicho era un
poco socarrón y ya tenían algunos barruntos de la falta de juicio de su
huésped, acabó de creerlo cuando acabo de oírle semejantes razones y, por
tener que reír aquella noche, determino de seguirle el humor ; y así,
e dijo que andaba muy acertado en lo que deseaba y pedía, y que tal prosupuesto,
era propio y natural de los caballeros tan principales como él parecía y
como su gallarda presencia mostraba ; y que él ansimesmo, en los años
de su mocedad, se había dado a aquel honroso ejercicio, andando por diversas
partes del mundo, buscando sus aventuras, sin que hubiese dejado los percheles
de Málaga, islas de Riarán, Compas de Sevilla, Azoguejo de Segovia, la Olivera
de Valencia, Rondilla de Granada, Playa de San Lucar, Potro de Córdoba y
las Ventillas de Toledo y otras diversas partes, donde había ejercitado
la ligereza de sus pies, sutileza de sus manos , haciendo muchos tuertos,
recuestando muchas viudas, deshaciendo algunas doncellas y engañando a algunos
pupilos, y, finalmente, dándose a conocer por cuantas audiencias y tribunales
hay casi en toda España y que, a lo último se había venido a recoger aquel
su castillo, donde vivía con su hacienda y con las ajenas, recogiendo en
él a todos los caballeros andantes de cualquiera calidad y condición que
fuesen, sólo por la mucha afición que les tenia y porque partiesen de él
con sus haberes, en pago de su buen deseo.
Díjole también que en aquel su castillo
no había capilla alguna don de poder velar las ramas, porque estaba derribada
para hacerla de nuevo ; pero en caso de necesidad el sabia que se podían
velar dondequiera, y que aquella noche las podría velar en un patio del
castillo ; que a la mañana, siendo Dios servido, se harían las debidas
ceremonias, de manera que él quedase armado caballero, y tan caballero,
que no pudieses ser mas en el mundo.
Preguntóle si traía dineros : respondió
Don Quijote que no traía blanca porque él nunca había leído en las
historias de los caballeros andantes que ninguno los hubiese traído, a esto
dijo el ventero que se engañaba, que, puesto caso que en las historias no
se escribía, por haberles parecido a los autores dellas que no era menester
escrebir una cosa tan clara y tan necesaria de traerse como eran dineros
y camisas limpias, no por eso se había de creer que no los trujeron ;
y así, tuviese por cierto y averiguado que todos los caballeros andantes
de que tantos libros están llenos y atestados, llevaban
bien herradas las bolsas, por lo que pudiese sucederles y que así
mismo llevaban camisas y una arqueta pequeña llena de arguentos para
curar las heridas que recibían, porque no todas veces en los campos y desiertos
donde se combatían y salían heridos habían quien los curase, si ya no era
que tenían algún sabio encantador por amigo que luego los socorría, trayendo
por el aire, en alguna nube, alguna doncella o enano con alguna redoma de
agua de tal virtud que, en gustando alguna gota della, luego al punto quedaban
sanos de sus llagas y heridas, como si mal alguno hubiesen tenido. Mas que en tanto que esto no hubiese, tuvieron
los pasados caballeros por cosas acertada que sus escuderos fuesen proveídos
de dineros y otras cosas necesarias....Avanzo en el
texto... Díjole como ya le había dicho que en aquel castillo no había capilla y
para lo que restaba de hacer tampoco era necesaria ; que todo el toque
de quedar armado caballero consistía en la pescozada y en el espaldarazo
según el tenía del ceremonial de la orden que aquello en mitad de un campo
se podía hacer, y que ya había cumplido con lo que tocaba al velar de las armas, que con solas dos horas
de vela se cumplía, cuanto mas que el había estado mas de cuatro. Todo se
lo creyó Don Quijote que el estaba allí pronto para obedecerle y que concluyese
con la mayor brevedad que pudiese, porque si fuese otra vez acometido y
se viese armado caballero, no pensaba dejar persona viva en el castillo,
eceto aquellas que él mandase por su respeto dejaría.
Advertido y medroso desto el castellano
trujo luego un libro donde asentaba la paja y cebada que daba a los arrieros,
y con un cabo de vela que le traía un muchacho
y con las dos dichas doncellas, se vino donde Don Quijote estaba,
al cual mando a hincar de rodillas y, como leyendo
en su manual - como que decía laguna devota oración - en mitad de
la leyenda alzó la mano y diole sobre el cuello
un buen golpe, tras él, con su mesma espada, un gentil espaldarazo,
siempre murmurando entre dientes, como que rezaba. Hecho esto, mando a una
de aquellas damas que le ciñese la espalda, la cual lo hizo con mucha desenvoltura
y discreción, porque no fue menester poca para no reventar de risa a cada
punto de la ceremonias, pero las proezas que ya habían visto del novel caballero,
les tenía la risa a raya. Al ceñirle la espalda dijo la buena señora : - Dios haga a vuestra merced muy venturoso caballero
y le dé ventura en lides. Avanzo en el
texto...ellas, pues, de galope y aprisa
las hasta allí nunca vista ceremonias, no vio la hora Don Quijote de verse
a caballo y salir buscando las aventuras, y ensillando, a Rocinante, subió
en él y abrazando a su huésped le dijo cosas tan estraña, agradeciéndole
la merced de haberle armado caballero, que no es posible acertar a referirlas.
El ventero por verle por fuera de la venta, con no menos retóricas, aunque que mas breves palabras, respondió a
las suyas y sin pedir la costa de la posada, le dejo ir a la buen hora.
Como bien se observa la imagen arquetípica se muestra en dos
perspectivas a nivel de la historia, dentro del desarrollo de las acciones.
1.
La desmitificación de Don Quijote
que pasa del entronamiento y destronamiento de su imagen arquetípica de
caballero, completando el círculo de la carnavalización (si usamos la terminología
bajtiniana), que desde la historia
realizan los personajes, hacia el
caballero-guerrero-hidalgo- loco. Es decir, el ventero y las prostitutas
desmitifican a través de su risa, toda la parafernalia caballeresca que
tiene en su cerebro Don Quijote. El proceso de iniciación sagrada del caballero
se realiza al revés en un rito, pero
burlesco, el ventero será el castellano,
las prostitutas serán las damas.
2.
La imagen arquetípica del caballero
con toda la connotación del pensamiento medieval que aparece igualmente
en el Rey Lear de William Shakespeare y que es proyectada por Don Quijote
consiste en : la ética caballeresca cuyo móvil era la guerra, y el valor social
lo constituía el poder de las armas... aunque parezca paradójico , los impulsos
guerreros estaban adheridos a las ansias místicas del comportamiento nobiliario. El culto a la proeza y la virtud
atribuida a la valentía eran herencia legítima de los dioses paganos. (Wotan
u Odín)
[5]
, se contrapone a la carnavalización leída en el episodio donde
Don Quijote es armado caballero. Mientras que para él se está en el terreno
sagrado de la caballería medieval, para los de la venta está loco, es un
hazmerreír, un payaso que está desfasado entre unos ideales perdidos -los
de la caballería- y los ideales de una época representados por el ventero,
donde importa la lógica económica. Por ello, el ventero no se conforma con
el discurso quijotesco, sino que pide dinero, a lo que Don Quijote contesta:
que en todas sus lecturas de los libros de caballería jamás ningún Amadís
de Gaula o Lisuarte de Hircania lo llevó
consigo. Como ustedes verán se enfrentan dos
condiciones de época lo medieval y el nuevo sistema económico naciente.
Este ejemplo nos permite ver cómo funcionan las imágenes arquetípicas
en su anverso y reverso, una moneda de dos caras, que le permite a Cervantes
mostrar un punto de vista crítico, perfectamente esbozado en toda la obra,
es decir, el relativismo propio de la conciencia cervantina; la obra es
el teatro de múltiples voces, de profundas confrontaciones ideológicas.
Su crítica ( ya moderna) contra los metarrelatos occidentales, contra verdades
absolutas, contra la verticalidad del poder oficial, de la iglesia y la literatura de caballería, perdida en la inverosimilitud,
la chatura intelectual de la época que él denunció y que aún continúa
en nuestros días .
Surge de la manipulación de la palabra una realidad paralela.
Un desenmascaramiento del determinismo
de la conciencia dentro del tiempo
que se vive: la entidad Don Quijote constituida por imágenes arquetípicas que como Ellemire
Zolla afirma, proyectan estados de la conciencia del personaje, que
se van transformando a través de la narración
son: el loco, el caballero, el guerrero, el héroe mítico, el payaso,
el anciano sabio.
Retomando los enunciados anteriores se habla de muerte en la
escritura, muerte desde la visión iniciática, como la puerta que se abre
a otra fenomenología, a otra forma de ser,
ya no en el mundo, sino en el lenguaje. La Muerte en el lenguaje
es destrucción y renovación al mismo tiempo,
como la semilla de trigo raptada por el viento, con el destino de
nacer en otro territorio. En el juego
del extravío, en el juego de adivinación,
allí se dignifica el alma humana
en la unidad mítica perdida.
Cervantes muere en cada capítulo, y da vida a Don Quijote.
También corre en la aporía tras el loco que va despacio, pero aún así no
le alcanza. Porque el loco es demasiado leve y Cervantes terriblemente denso. El loco es
materia de los sueños. Cervantes es apenas la mano que escribe, la mano
soñada por el loco.
Quisiera que por un momento los estimados lectores habitaran
el mundo al revés que hemos evocado, nos basta simplemente ver desfilar
la presencia de Don Quijote, ahora es el centro de la meditación, es tan leve que danza, no va sobre Rocinante, va suspendido de un cielo, de su
ideal, el anverso, lo otro, que no
se ve, ni es pensado por otros personajes,
porque incluso, el mismo Sancho,
durante el tránsito no logra verle, en el verdadero sentido, sólo
en el despertar final, en la muerte de su maestro, logra intuirlo.
Es importante situarnos para
la comprensión de la obra desde dos
modos de ver el mundo: lo cómico y lo trágico constituyen las visiones de
mundo puestas en pugna en la obra de Don Quijote:
Don Quijote primero como doble de la conciencia ética y estética (Bajtin) de Cervantes y en segundo termino, como creación a partir de la memoria colectiva
(Jung) a través de un vehículo, la
conciencia artística de Cervantes.
La comedia atrapa la visión del contemplador, su risa. Él
está situado en la realidad cotidiana, espiándola, para contarla al poeta que le habita
y al lector, quienes saben que esos procesos de recreación del mundo,
son complejos en su origen y reflejan un
grado superior de conciencia
estética y ética. Ese sentir
y ese pensar hacen que lo cómico se convierta en trágico.
Don Quijote encarna lo cómico y lo trágico, a través de dos máscaras arquetípicas creadas
por Cervantes, la del loco y la del payaso. Esas apariencias crean la trampa,
el engaño para los otros personajes, para el lector y los críticos.
Toda esta maquinaria se realiza en las acciones de Don Quijote,
en ellas se encarna el mundo al revés, que hemos insinuado. Cervantes usa
este mecanismo, el de la ficción, para introducir al lector en su mundo
y manipularlo desde la ambigüedad del juego entre la apariencia y la realidad ;
para lo cual crea un modelo de lector
y deja aflorar subrepticiamente una visión del mundo que muestra una condición
filosófica - trágica acerca de la época que le tocó vivir. Su pensamiento
deviene entre el perspectivismo sofista, el desencanto del mundo y su efecto, el agnosticismo, que le permiten ahondar en la crítica a la condición humana, e inaugurar
la problemática central de la literatura moderna: el
efecto que trae en el hombre, la conciencia de sí mismo fuera de los grandes
metarrelatos vigentes al final del siglo XVI y comienzos del siglo XVII :
la literatura caballeresca, su sobredimensionada
fantasía, que encantó incluso a Sor Juana Inés de la Cruz;
la ciencia naciente ;
la decadente política europea y las nuevas formas económicas del naciente
capitalismo, cuya trágica puesta en escena, se manifiesta en el gobierno
de la Ínsula de Barataria que promete Don Quijote a Sancho, dentro de una
lógica feudal.
La manifestación de nuevos conceptos de mundo a través de la
lucidez de Cervantes, desmitifica
lo oficial y la chatura de la época. Para realizar la crítica, es necesario
una alusión indirecta, la risa, la ironía desmitifican, son herramientas fundamentales cuando predomina un estilo indirecto,
donde se alude a través de discursos o imágenes. Al respecto, Gershom
Scholem, afirma que el método de escritura simbólica y cabalística
que supera una interpretación literal del mundo, consiste en aludir
con las fórmulas de lenguaje a las cosas comunicar indirectamente.
Entonces pensemos ¿qué comunican los enfrentamientos del Quijote?
Se crean parábolas más oscuras para aquello que se quiere decir.
La parábola oscura en este caso es el personaje mismo y su
manera de comunicar a través de la
imaginación extrema de Don Quijote, comunicar la crítica a través del loco,
de aquel "ser poco serio". Nunca antes, alguien pudo salvarse
de la inquisición a través de la risa desmitificadora, que oculta un estado
de alma trágica, revolucionaría para la época y todos los tiempos, y filón para las novelas por escribirse.
De otro lado, a Cervantes,
le interesaba encubrir y descubrir en cada momento de la creación su visión
ontológica, ética y estética, con todo lo que ellas demandan a la conciencia,
el peligro del que piensa de manera
heterodoxa. La visión de Cervantes
es en el fondo trágica y escéptica.
Esto se revela en los instantes antes de la muerte cuando el loco termina
siendo el más lúcido: La muerte de Don Quijote lo atestigua. La imagen arquetípica
del loco, constituye una máscara que se recrea durante todo el texto momentos
antes de la muerte. El loco es una
apariencia dentro del juego que se inventa Don Quijote, al respecto Johan
Huizinga, dice que este juego es querer ser caballero andante… Para él,
el juego es una actividad voluntaria, contrariamente a la locura o la necedad. El juego es, tiene cuatro características
principales: libertad, indiferencia y exclusión o límite y reglas. Es posible
encontrar esas cualidades en
la errancia caballeril de Don Quijote, aunque no en el fiel servicio de
Sancho como escudero, pues Sancho es más lento a la hora de entrar en el
juego. Don Quijote se eleva a un tiempo y un lugar ideales, y se mantiene
fiel a su propia libertad, a su indiferencia
y apartamiento , y a sus límites, hasta que por fin es
derrotado, abandona el juego, regresa
a la “cordura” cristiana y, de este
modo, muere.
Señores
- dijo don Quijote -, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño
no hay pájaro hogaño. Yo fui loco, y ya soy cuerdo: fui don Quijote de la
Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano, el Bueno. Pueda con
vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad
volverme a la estimación que de mí se tenía.
De lo anterior, tenemos
la idea de un modelo de lector para la obra, un lector que sobrepase el instante
de la risa que produce “el loco” y que sienta
que toda la apariencia que ella desnudó,
interrumpió su engaño acerca del mundo. Es decir,
Don Quijote volteó la esquina y desapareció, dejó perdido al lector
que cruza la calle, que avanza con un vacío en su interior : la pregunta por sí mismo o la pregunta por
la condición humana.
Ahora bien, la máscara arquetípica del payaso es
Don Quijote, el habitante
del mundo ideal, quien rememora las
ideas trágicas, como la utopía y los ideales imposibles en el mundo,
lo que ocasiona un quiebre doloroso en la
conciencia. En el mundo al revés construido como mundo posible
en el texto, la recreación de la
mente de Don Quijote produce en el encuentro con los demás personajes una risa desbordante.
El efecto en la conciencia del lector sobrepasa la risa, le
hace reflexionar. Esta actitud reflexiva que produce la lectura del texto,
permitió a los románticos alemanes, ingleses y franceses, en el siglo XIX,
comprender la filiación trágica del arquetipo de Don Quijote; muy diferente
fue la recepción de la obra en el
tiempo en que la dio a la luz Cervantes. Fue acogida en 1605, según Luis
Andrés Murillo, como una obra festiva y popular, pero sin fondo serio, es
decir, más cercana al género de la comedia y el divertimento, cuyo efecto
es la risa y que produjo en este mismo año,
la representación de las figuras de Don Quijote, Sancho y del mismo
Rocinante en farsas, regocijos callejeros y del último, en mascaradas burlescas.
La interpretación de los románticos acerca de la risa cervantina
fue fundamental. Ellos superaron su sentido literal y comprendieron el fundamento
de la filiación trágica de esta risa, que implica el efecto de lo cómico
que relativiza las verdades del mundo, el estado de cosas del mundo, la
conciencia humana, los sistemas de ordenamiento social y las mentalidades :
entonces algo puede o no puede ser
verdad, puede o no puede ser legítimo ; cuando en un estrato oculto de la conciencia
del personaje, en la metafísica de su locura, lo que subyace es un dolor por la pérdida de la cordura humana, por la
estupidez humana. Es decir, los efectos que produjo la lectura de esta obra
y el efecto de la risa, en los románticos, fueron el desencanto y el desconsuelo.
La ruptura y la fuga que ha ocasionado la risa, crea al instante el pensamiento trágico. Con
esta máscara se denuncia la escisión
del hombre entre la apariencia y la verdad.
La trágica conciencia del mundo, construido sobre mentiras, sistemas
de mentiras, que reducen a su mínima expresión la autonomía de los seres
humanos, la capacidad crítica, la necesidad de la revoluciones intelectuales
como transformadoras de la mediocridad reinante en todas las épocas. Por todo lo anterior, Cervantes exige un cambio,
se lo exige al personaje, se lo exige al lector, es una necesidad vital.
Esta transformación la ejecuta Don Quijote. Al final de la obra,
Cide Hamete Benengeli le habla a su pluma (es la que escribe las hazañas verdaderas de Don Quijote) :
-
Aquí quedarás colgada desta espetera y deste hilo de alambre, ni sé si bien cortada o mal tajada
peñola
[6]
mía, a donde vivirás luengos siglos, si presuntuosos
y malandrines historiadores note descuelgan para
profanarte... Para mi sola nació Don Quijote, y yo para él ; él supo
obrar yo escribir ; solo los
dos somos para en uno, a despecho y pesar del escritor fingido y tordesillesco
que se atrevió, o se ha de atrever , a escribir con pluma de avestruz grosera
y mal deliñada las hazañas de mi valeroso caballero, porque no es carga
de sus hombros ni asunto de su resfriado ingenio ; a quien advertirás
, si acaso llegas a conocerle , que deje reposar en la sepultura los cansados
y ya podridos huesos de don Quijote , y no le quiera llevar, contra todos
los fueros de la muerte, a Castilla la Vieja... P. 593
[7]
.
El personaje transita por varios estados, se purifica a través
de las máscaras arquetípicas y ejecuta en el lector la catarsis: la del
payaso, la del loco, la del cuerdo, la del anciano sabio. Este proceso une los dos modos, el trágico y el cómico
y es el paso de la comedia a la tragedia al respecto Ellemire Zolla,
afirma:
La
comicidad es la marca de garantía de los sueños comunes, la gente ordinaria
es incapaz de reconocer esto en sus sueños. Ciertas enseñanzas místicas
aconsejan invertir la situación, en que uno se entone con tanta naturalidad
a la verdad, que se divierta con la comedia incluso la de sus propios sueños.
El hombre común está dividido contra si mismo, su yo de la vigilia nunca
se libera de las imágenes engañosas a que se aferra su yo más profundo del
sueño. La liberación tiene que llevarse a cabo también en el nivel de los
sueños, donde la humillación es menos fácil. De otro modo, a la luz del
día, el autoengaño es casi inevitable.
La imagen arquetípica de don Quijote es compleja, en ella existen ecos de diversos arquetipos,
reflejados en tantas facetas del
personaje, y tantas máscaras del autor. Lo anterior, define la esencia de nuestra mirada en la memoria
cervantina, en su escritura con filiación
en la memoria arquetípica: El héroe mítico signado por un destino: recuperar
lo perdido, un tesoro, o reivindicar un orden en el mundo. El ahorcado del
tarot: "que no vive la vida de
esta tierra pero vive en un sueño de idealismo místico... el pensamiento
fijado. Con esta expresión se dice que el ahorcado pende de su propia doctrina a la que se liga
al extremo de colgar de ella toda su persona... En sentido afirmativo, el
arcano 12 del tarot expresa misticismo, sacrificio, abnegación, continencia..."
. El loco, quien se halla al
borde de todo sistema, como el "centro"
en la rueda de las transformaciones se halla fuera de la movilidad, del
devenir y del cambio...en la alegoría del tarot, aparece con traje de colores
abigarrados para indicar las influencias múltiples e incoherentes a que
se halla sometido...corresponde este arcano a lo irracional en sí, al instinto
activo y capaz de sublimación pero también a la ciega impulsividad y a la
inconsciencia". Según Schneider, el loco como personaje mítico y legendario
se relaciona estrechamente con el bufón, en las ceremonias y ritos medicinales
médico y enfermo hacen de "loco" reaccionan por el delirio, el
baile y las "extravagancias" para invertir el orden maligno reinante,
clara es la lógica del proceso, cuando lo normativo y lo consciente aparece
como enfermo o perverso, para obtener lo benévolo y salutífero, habrá que
utilizar lo peligroso, inconsciente y anormal. Además el loco y el bufón
tienen como señala Frazer, el carácter de "víctimas de sustitución"
en los sacrificios humanos rituales.El payaso
nos dan lecciones sobre la infinita ambigüedad de los arquetipos, los cuales
no repercuten en uno mismo si carece de una perspectiva metafísica, los
payasos asocian los opuestos - la masculinidad y la
feminidad, la piedad y la crueldad, el infantilismo y la pompa, la
habilidad y la torpeza, la ostentación y la miseria. El payaso es severo
cuando está bromeando y divertido cuando está serio, cuando tiene miedo
bufa, siempre insiste en tomar el código social al revés. (E. Zolla).
Finalmente, este texto que hoy comparto con ustedes, solamente es un intento de lectura relacional entre el texto literario de
Cervantes y algunos elementos de la arquetípica según Elemire Zolla, y como lo comprendió el lector instruido, existe en el fondo una aproximación a algunos
presupuestos de la mitocrítica desarrollada por el grupo francés Eranos.
Por: ADRIANA HERNANDEZ
Escritora e investigadora independiente
Colombia
BIBLIOGRAFÌA
VERJART, Alain. El retorno
de Hermes. Editorial Anthropos. Barcelona, 1989
SHOLEM, Gerson. La Cabala
Y Su Simbolismo. Mèxico : Siglo XXI. 1986
ZOLLA, Ellemire. Los arquetipos.
Emecé. 1980
CIRLOT, Juan Eduardo. Diccionario
de Símbolos. 1981
RUEDA, Alvaro Uribe. Bizancio.
El Dique iluminado. Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo. Bogotá,1997
[1]
YEATS. William Buttler. Poesía y teatro. Orbis. 1984
[2]
VERJART, Alain. El retorno de Hermes. Editorial Anthropos. Barcelona,
1989
[3]
en la página 87 de la edición de Luis Andrés Murillo ( Clásicos
Castalia)
[4]
Armas blancas corresponden al escudo de los caballeros noveles,
escudos blancos que llevan los caballeros hasta que realizarán alguna
proez ; en la obra también se usa en el sentido de armas acabadas
de estrenar.
[5] Alvaro Uribe Rueda. Bizancio el Dique iluminado. Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo. Bogotá,1997. P. 65
[6]
pluma
[7] Edición Castalia.
|
Ficha de la autora. Presentación. www.medicinayarte.com/libros-digitales/auditorio/jornadas/hernandez.htm Ensayo publicado en Revista del Foro. www.medicinayarte.com/libros-digitales/auditorio/ensayo/hernandez_caicedo.htm Políticas de salud y poemas http://www.medicinayarte.com/libros-digitales/guattari//foro/resonancias.htm Revista de esquizoanalisis http://www.medicinayarte.com/libros-digitales/esquizoanalisis/foro/resonancias.htm Adhesiones: http://www.medicinayarte.com/libros-digitales/auditorio/adhesiones.htm Comentarios: dirigirse a medicinayarte@hotmail.com
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adhesión e intercambio. Argentina 2004
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Stella Maris Angel Villegas - Argentina 2004
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