Diálogos.
Editorial
Pretextos. Paris 1977, trad. 1980. Gilles Deleuze - Claire Parnet |
Es lo mismo que
con los devenires; no es que un término devenga el otro, sino que
cada uno encuentra el otro, un único devenir que no es para los
dos, porque nada tiene que ver el uno con el otro sino que está
entre los dos, que tiene su propia dirección. Ni método,
ni reglas, ni recetas, tan sólo una larga preparación. Bodas,
pero no parejas ni conyugalidad. En lugar de resolver, reconocer y juzgar,
hallar, encontrar y robar. Reconocer es lo contrario del encuentro. Juzgar
es oficio de muchos y no es un buen oficio; no obstante es el uso que
muchos hacen de la escritura. Hay toda una raza de jueces. La historia
del pensamiento se confunde con la de un tribunal; pretende ser un tribunal
de la razón pura o de la fe pura... Deleuze se formó con
Alquié y con Hyppolite. Aprendimos una escolástica peor
que la de la edad media: Hegel, Husserl y Heidegger. Por suerte existía
Sartre. Este no era ni un modelo, ni un método, ni un ejemplo,
un poco de aire puro, una corriente de aire fresco un intelectual que
modificaba de forma singular la posición del intelectual. Por eso
es estúpido preguntarse si Sartre es el comienzo o el final de
algo. Está en el medio como todo creador. |