En su intervención, Saidón analiza la práctica clínica grupal en Argentina, donde encontró un interesante desarrollo gracias al protagonismo de Enrique Pichon Riviere, que ligó desde el comienzo el psicoanálisis a una instancia comunitaria. Los grupos que parten de esa formación en psicología social, junto con la escuela de psicodrama latinoamericana, protagonizaron la ruptura con las sociedades psicoanalíticas oficiales.